En 1880, en el número 2 de la galdosiana calle de la Sal, junto a la Plaza Mayor de Madrid, abre por primera vez sus puertas la Antigua Relojería. Poco se sabe de los primeros años de este establecimiento que sobrevivió a la Guerra Civil española, cuando se vio «invadido» por un obús. Al acabar el conflicto su propietario, Inocencio López, decidió vender el negocio a su amigo Genaro García Morales, un logroñés que había llegado a Madrid con 12 años y que era el representante de Omega. Por entonces los relojes de pulsera costaban 5 y 6 pesetas y los de pared 10, según se puede leer en la publicidad de la época.
Desde 1949 a 1964 la Antigua Relojería patrocinó la famosa radio novela La Portera y sus vecinos. Un programa que les hizo ser muy conocidos al igual que toda la publicidad que hacían, una de ellas el mismo día de la boda del Rey Alfonso XIII, cuando anunciaron su lista de precios.
En el Madrid actual, en pleno siglo XXI, cuando las grandes marcas de relojes suizos tienen sus propias boutiques, la Antigua Relojería sigue recibiendo la visita de sus clientes habituales, de otros nuevos y de muchos turistas. El secreto ha sido combinar un trato muy personalizado con el público y adaptarse a los nuevos tiempos. Siguen manteniendo su taller en el que trabajan relojeros especializados en relojes de pared y de pulsera.